Canciones para un Champiñón (actualización constante)

Los sentimientos a través de las palabras, las palabras a través de notas: los sentimientos a través de las canciones.

La lista que pondré en esta sección tiene que ver no necesariamente con la realidad, mi realidad. Simplemente me encantan y me han servido en algún momento de mi vida. En resumen, mis favoritas. Si alguna te latió intenta conseguirla y si no puedes, envíame un mail o déjame un comentario y con gusto te la puedo enviar.

Como dicen Los de Adentro: "Hay unas que llegan al alma, que te hacen mover las palmas, otras que llegan al corazón. Hay unas que se necesitan, otras que nunca se olvidan, que te hacen despertar pasión. Oyendo una canción para ti, para mí y que nos lleve al pensamiento para vivir y expresar todo lo que yo siento. Te dedico esta canción".

A continuación mi lista, mis rolas. ¿Quién vive detrás de Champi?

"Lleva un costal al hombro lleno de libertad, un perro y buena suerte de escudero y guardían. Fraguando ilusiones, ocultando muecas va tras de un par de monedas para continuar. Se esconde bajo el rostro de la felicidad, el llanto y la tristeza de una falaz. Su aliada es la risa, la amargura su rival, la fantasía de paja y la ilusión de Don Juan. Con la cara pintada es amo del malabar, y ve bajo un sombrero a la fortuna pasar. Le besa la mano a esta golfa soledad, se maquilla la vida para no llorar más. Y cuando cae la noche y duerme fría la ciudad, la luna sale a escena y el payaso se va. Ella guiñe un ojo y el sonríe socarrón, y silba por la calle una olvidada canción. ¿Quién vive detrás del callejón, que tarde con tarde veo reír? ¿Quién vive detrás del par de botas de bufón? ¿Quién vive detrás de la ilusión sembrando quimeras al vivir? ¿Quién vive detrás? Si es que detrás puedes vivir, si es que detrás todo es vivir, todo es morir" (¿Quién vive detrás?, Cuerdas y Madera).

"No hay máscaras si miento alguna vez, si hay lágrimas no siempre son mis penas. La noche suele hacerse de mis pies para jugarle al tiempo unas carreras. Y la tristeza vive en mi maleta. No envejece el alma si tomas como musa la nostalgia. Suelo caminar solo en las calles, me gusta andar a pie en mis soledades y a veces me deprimo sin fijarme, a aquella banca puedes preguntarle. Sobran los pretextos para hacerle cosquillas al cielo" (Cosquillas al cielo, Miguel Inzunza).

"Dicen que ando por ahí retando al povenir sin derecho... Dicen que loco me volví, que ya no queda más de mí. Dicen las lenguas creativas cosas divertidas. Dicen que rompo la hermandad, que vivo a la mitad este canto. Juran que el sueño traicioné por lo que ayer soñe. Dicen que soy de lo mejor cuando les gana la pasión. Dicen y dicen y algunos hasta me maldicen. Dicen que yo me la robé, no saben que ella fue siempre mía... Rezan porque en mi distracción pierda la musa en un avión. Dicen que un día pagaré con sangre por lo que no me callo. Dicen que ya me cansaré" (Dicen, Alejandro Filio).

"Quizás tú estés pensando ahora en mí, quizás como yo estoy pensando en ti. Perdí el calor de un beso tierno y cálido, que quizás no sé ya nunca más tendré. Y aunque tú no estés aquí por la vida he de seguir. Ya no quiero amar otra vez así, si después tendré que sufrir. Quizás tu estés soñando con volverme a ver, quizás estés como yo llorando por los dos... Como duelen las horas si tú no estás" (Quizás, Alberto Plaza).

"Desperté y el silencio supo a ti, y al abrir la ventana supe más, supe que la mañana se podía recortar para enviarla en un sobre a donde sueles despertar. Qué maneras extrañas tengo para recordar. Desperté y respirando comprendí que detrás de un milagro vienes tú, hace tantos inviernos que no puedo rescatar al adiós que en el tiempo nos partió por la mitad, tú del brazo del viento y yo mirándote volar. Qué maravilla es poder sentirte aunque no estás, siempre supe que en el viento te podías quedar. Las historias hermosas son así, nos prometen de lejos ser verdad. Al final en un sueño suelen ser casualidad" (Aunque no estás, Alejandro Filio).

"Durmió la tarde desnuda sobre la ventana, afuera nadie, ni luces ni palomas blancas. No juega el viento, no se platican las campanas. Todo es silencio si tú me faltas. La lluvia llorará conmigo... Todos tenemos un amor, un tiempo para dar, un ciclo. Estamos solos otra vez, dame tu mano, vuela conmigo, seremos soledades y cuentos compartidos. Durmió la tarde y entre su sueño dio contigo. Cuando llegaste la luna tuvo algún sentido. No soy de nadie, dijiste para estar conmigo, si es por amarte todo lo olvido" (Sueños compartidos, Alejandro Filio).

"Y cuándo empezó todo a tener un precio, tal vez cuando un necio a la luz se miró, y vio que a su lado despiadado el frío, sin techo ni abrigo otra vida cobró... Cuando un hombre debe más de lo que come se entiende entonces que la teoría falló, porque aferrada y gorda la ambición respira en otra barriga, en otra mansión. Siempre trata el hombre de curar sus males, siempre tanto vales, tanto curarás. Vivo sigue el mal mientras el bicho exista y corra el socialista tras el capital... Nunca ha faltado quien le ponga el precio al silencio, al tiempo, a la luz, a la paz, al derecho ajeno y al respeto mismo, a la piel, al vicio o a la libertad, a la sinceridad, a la complacencia, al mar, a la ciencia y hasta a la verdad" (Un precio, Alejandro Filio).